Oftalmología Pediátrica

La oftalmología pediátrica es una supraespecialización de la oftalmología. Para convertirse en oftalmólogo pediátrico, el doctor Giovanni Castaño debió cursar más de diez años de estudios universitarios. Su compromiso total con la docencia y la investigación son el reflejo de lo que un oftalmólogo pediátrico debe ser:

Un médico preocupado por encontrar respuestas y soluciones a los problemas, muchas veces complejos, que aquejan a los pequeños.

Ya que el ojo y el sistema nervioso sufren cambios increíblemente significativos durante los primeros años de vida, el oftalmólogo pediátrico no se ocupa de “ojos pequeños” sino que en realidad debe dominar una serie inmensa de conocimientos que hacen que los ojos de los niños sean profundamente diferentes de los de los adultos. Las implicaciones de una alteración en la salud visual de los niños pueden ser catastróficas para el futuro de los pequeños y sus familias. De ahí la importancia de evaluar aquellos niños que aparentemente están sanos.

La oftalmología pediátrica afronta los retos de un examen clínico particularmente especial. Obtener los datos necesarios para dictaminar el estado de salud visual de un pequeño es siempre un reto que el doctor Castaño acepta, sin excepción, con agrado y compromiso. El amplio conocimiento requerido incluye temas como problemas de anteojos, afecciones congénitas, problemas neurológicos con compromiso ocular, estrabismo (desviación ocular), enfermedades de la superficie de los ojos (la alergia ocular es la más común), manejo del trauma ocular y sus secuelas, infecciones superficiales y profundas, diagnóstico oportuno de tumores intraoculares (más frecuentes en los niños), evaluación de la retina y el fondo del ojo, entre otras.

Pero además del conocimiento necesario para ser un buen oftalmólogo pediátrico, el doctor Castaño asegura que se requiere también de un buen corazón. Entender a los niños, desde el recién nacido hasta el adolescente, a sus padres, comprender sus temores y sus angustias y proveer un ambiente tranquilo, lúdico y relajado, son también importantes para que la experiencia sea agradable, útil y sobre todo que garantice la salud de los ojos infantiles.

 

El examen oftalmológico pediátrico puede realizarse desde el primer día de vida, incluso en niños prematuros,
así que la edad nunca será impedimento para lograr una evaluación completa de los ojos
y su funcionamiento en la edad pediátrica.

 

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